Desde que se prohibió que los turistas viajaran en el techo del tren, la incorporación de los vagones panorámicos es la mejor alternativa para mirar los paisajes andinos en la ruta Alausí-Nariz del Diablo en Chimborazo. La Empresa Ferrocarriles del Ecuador (EFE) inició estos recorridos con tres coches panorámicos el pasado 4 de abril. “El objetivo es atraer turistas y con eso generar ingresos para los habitantes urbanos y de las comunas en las zonas de influencia del tren”, dice Freddy Cabrera, gerente regional de la EFE. Según él, 44 000 personas recorrieron el año pasado esta ruta del tren: 13,5 kilómetros. “En este año, con la incorporación de los vagones panorámicos, aspiramos que sean 80 000 viajeros utilicen este servicio”. Para conseguir este objetivo se trajeron los vagones panorámicos que prestan comodidades al turista. Los vagones, de un llamativo color rojo y un diseño moderno, cuentan con climatización interna, agua potable y baterías sanitarias. Además, los dos vagones de los extremos tienen capacidad para 42 pasajeros, cada uno. Y el del medio puede acoger a 47. Los tres son remolcados por una locomotora que es impulsada con electricidad y con diésel. La EFE promociona este novedoso servicio con viajes gratuitos para niños, adultos mayores y personas con discapacidad. Hay dos categorías: estándar y estándar plus. La diferencia es que en esta última, el servicio es más exclusivo porque cuenta con un sillón en forma de U para que lo utilicen grupos de amigos o familias numerosas. A Iurdana Prada, fotógrafa profesional española, le gustaron las ventanas panorámicas laterales y los cristales en el techo del tren. “Este trayecto es toda una aventura. Puedes sentir la adrenalina todo el tiempo, cuando subes y bajas por las colinas. Me gustaron las nuevas prestaciones porque hice este trayecto hace tres años y no era de esta forma”. Los vagones tienen un sistema hidráulico que permite un desplazamiento sin sobresaltos. Los asientos están dispuestos frente a frente para cuatro y dos personas. Tienen una mesa plegable en medio de ellos. Una vez que la bocina anuncia la partida, no se siente ninguna sacudida. Prada viajó con su novio Fabián Orozco, oriundo de Chimborazo, quien en la actualidad reside en Londres (Inglaterra). “Me dio nostalgia por no viajar en el techado del tren. Pero ahora veo que con los vagones panorámicos se disfruta igual del paisaje y con mayor seguridad”. Homero Álvarez, originario de Puyo, viajó con ocho familiares y amigos. “Conozco los exóticos paisajes de la Amazonía. Sin embargo, el viaje en tren es único y lo es más con este tipo de comodidades. En verdad no se pierden los detalles de la gran obra de ingeniería que desarrollaron los constructores de esta ruta”. Una novedad adicional son los guías especializados que explican la historia de la construcción del tren durante el recorrido que toma algo menos de una hora. En Alausí, los turistas pueden comprar artesanías en varios locales. En Sibambe está el comedor cafetería ‘Cóndor Puñuna’, a cargo de una asociación de trabajadores integrada por 22 jefes de familias indígenas locales.
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